🧐 Para empezar os dejo un plano de la ruta de los molinos del Guadalquivir en Córdoba y un link a My Maps de Google para que lo podáis llevar en vuestro teléfono móvil. Es un camino corto y bastante pintoresco que empieza en el molino de la Albolafia y termina en el puente de San Rafael, junto a los molinos de San Lorenzo, San Rafael y Alegría.
Desde el año 2009 los molinos que se encuentran en los márgenes del río Guadalquivir a su paso por Córdoba entraron a formar parte del patrimonio histórico como monumentos de interés general. La mayoría de estos molinos fueron construidos entre los los siglos VII y XI y se movían gracias a la energía hidráulica que generaba el río a su paso. Aceñas y batanes que resultaron fundamentales para el desarrollo de la ciudad durante siglos.
Las aceñas tenían la función de moler harina de trigo, mientras que en los batanes se limpiaban y compactaban tejidos mediante enormes mazos movidos por ruedas hidráulicas. Para que todos estos molinos trabajasen con mayor efectividad el agua se canalizaba mediante azudas o pequeñas presas que aprovechaban mejor la fuerza del río.
Hoy en día se conservan once molinos en la ciudad. Sus nombres son Albolafia, Alegría, Carbonell, Casillas, Enmedio, Lope García, Martos, Pápalo, San Antonio, San Lorenzo y San Rafael. De entre todos ellos, los más importantes y mejor conservados son el de la Albolafia, Alegría, Enmedio, Martos, Pápalo, San Antonio, San Lorenzo y San Rafael.
Los molinos de la Albolafia, Enmedio, Pápalo y San Antonio se encuentran junto al puente romano, mientras que los molinos de San Lorenzo, San Rafael y la Alegría se encuentran junto al puente de San Rafael. El molino de Martos está algo más alejado, cercano al puente de Miraflores.
El Molino de la Albolafia
El molino de la Albolafia es el molino más famoso de Córdoba. Tanto que incluso aparece en la imagen del escudo de la ciudad, junto al puente romano y la mezquita. La albolafia fue molino de harina (aceña) y también batán. Finalmente fue desmontado porque a la reina Isabel la Católica le molestaba el ruido del molino durante sus estancias en el Alcázar.
La Albolafia es un ejemplo claro de molino de noria o molino vertical. Mediante una serie de engranajes conectados a la noria llegaba la fuerza hacia la piedra móvil o piedra de moler. Más adelante, cuando hable del molino de San Antonio, explicaré como funcionaban los molinos horizontales o de regolfo.
Molinos de Enmedio y Pápalo
Desde la Albolafia, si seguimos caminando dirección al puente romano, podemos ver los molinos de Enmedio y de Pápalo. Estos dos molinos hidráulicos están algo ocultos por la vegetación pero aún se puede apreciar como aprovechaban el cauce del Guadalquivir para hacer mejor su trabajo.
Si continuamos nuestro paseo hacia el final del puente nos encontramos en el margen izquierdo del río el molino de San Antonio.
Molino de San Antonio
El molino de San Antonio consta de dos plantas visitables. Una primera donde se realizaba la molienda y una segunda planta a modo de almacén que ahora funciona como sala de exposición. En la sala de molienda se puede apreciar claramente como trabajaba una aceña de regolfo. El sistema de ejes era bastante simple, el agua entraba por debajo del molino y movía una rueda horizontal, llamada rueda de rodezno, que transmitía el movimiento a través de un eje vertical que se comunicaba con las piedras de solera y de volandera. La piedra de volandera estaba situada sobre la de solera y era la piedra que se encargaba de moler el grano.
Molinos de San Lorenzo y San Rafael
El molino de San Lorenzo está construido sobre el margen izquierdo del río. Desde el siglo XIX pasó a formar parte de su molino adyacente, el de San Rafael.
Todo el conjunto disponía de varias salas de molienda y además de como molino de harina y como batán, también funcionó como fábrica de papel durante 30 años.
Molino de la Alegría
Este molino cercano al puente de San Rafael forma parte de las instalaciones del Jardín Botánico de Córdoba. Reconvertido en museo de paleobotánica (estudio de restos vegetales primitivos) alberga la colección más completa de fósiles vegetales del periodo carbonífero (era paleozoica) de toda España.
Los Sotos de la Albolafia
La zona comprendida entre los puentes romano y de San Rafael es lo que se conoce como Sotos de la Albolafia. Unas 20 hectáreas de cauce del río en la que conviven varios ejemplares de la vida silvestre de la región. Lo que en su día se utilizó para el pastoreo o la extracción de tierra terminó cayendo en el olvido hasta convertirse en lo que es hoy, un hecho que contribuyó a la repoblación de un paisaje hoy en día habitado por numerosas especies de animales y plantas autóctonas.
Parte de este ecosistema se creó a partir de pequeñas isletas que se formaron por la acumulación de materiales arrastrados por el río. Eso, sumado a la gravilla, la arena y la labor de la vegetación convirtieron paulatinamente las isletas en grandes islotes de tierra. Hoy nos encontramos con todo un paraje natural en plena urbe cordobesa.
En este pequeño espacio se han registrado más de cien especies de aves diferentes, algunas muy peculiares, como el morito común, el cormorán, el águila pescadora o la garcilla cangrejera. Todo depende de la época del año en la que lo visitemos. Algunas especies llegan en invierno desde el centro de Europa, otras son de paso y algunas son sedentarias como el martín pescador o la cigüeña blanca.
Además de la aves, en Sotos de la Albolafia conviven reptiles, anfibios y mamíferos como la nutria, todos ellos rodeados de sauces, fresnos y plantas acuáticas como los lirios de agua y las eneas.
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