📸 Montemayor

🧐 Es un pueblo-fortaleza repoblado en 1340 por Martín Alfonso de Córdoba el Bueno con permiso del rey Alfonso XI, sobre los restos de una población anterior que ya fue tomada por Fernando III de Castilla El Santo el año 1233.

Su existencia se remonta a dos mil años a.C., según avalan los abundantes restos de cerámica campaniforme y de esculturas y exvotos ibéricos encontrados en su entorno.

En época romana se la conoció como Ulia. Sobre el origen de este nombre hay dos teorías: la primera apunta al vocablo turdetano ulia, que significa monte; la segunda afirma que el nombre se debe a Ulio, nombre propio del rey fundador de la ciudad que fue Sículo I o Sículo II.

En la segunda mitad del s. I a.C. la ciudad vive su época de esplendor. El Bellum Hispaniensis de Aulo Hircio relata que Ulia fue la única ciudad de la Bética que permaneció fiel a Julio César durante la guerra civil. El año 46 a.C., Cneo Pompeyo el Joven sitia Ulia mientras que su hermano Sexto se establece en Corduba. Al llegar César a Hispania envió en auxilio de la ciudad un ejército formado por unos dos mil cuatrocientos infantes e igual número de caballeros al mando de Lucius Vibius Paciecus, mientras él marchaba hacia Corduba. Tras la victoria definitiva de César sobre los hijos de Pompeyo en la batalla de Munda, en el año cuarenta y cinco antes de cristo, la ciudad se ve favorecida con diversas medidas como la donación de tierras o la exención de impuestos. También por ello recibió de César el título de Fidentia que llevaría en su nombre desde entonces.

Los restos arqueológicos de la época son muy abundantes. Predominan por número los materiales bélicos (balas de plomo y glandes), pero también monedas de Ulia, esculturas, restos de inscripciones, etc. La decadencia del Imperio afectaría también a la ciudad, de la que se tienen pocas noticias en los siglos siguientes. La ciudad contó con silla catedral desde los comienzos del cristianismo en la Bética, siendo su obispo a mediados del siglo segundo San Cuadrado.

La dominación visigoda acentúa el declive de la ciudad. No se cuenta con referencias arqueológicas ni documentales de la época.

En época árabe, la zona, recibe el nombre de Ulyat Kanbaniya y fue uno de los quince distritos agrícolas (iqlim) en que se dividía la cora o provincia de Córdoba. Al Sahqundi se refiere al iqlim de Ulyat Kanbaniya como tierras de abundante y excelente trigo.

En el año 1233, Fernando III el Santo manda algunas tropas para que ocuparan el lugar, que encuentran casi deshabitado y ruinoso, comenzando a denominarse Montemayor. Tras la conquista de Córdoba, el territorio pasa a formar parte de los dominios de Fernán Núñez de Témez junto con el vecino castillo de Dos Hermanas, junto al río Carchena. Durante el primer tercio del siglo XIV, el rey nazarí Muhammed IV de Granada llevó a cabo una serie de razzias a lo largo de la frontera.

El día 8 de marzo de 1340, y hallándose en la ciudad de Sevilla,[2] Alfonso XI de Castilla expidió un privilegio que autorizaba a Martín Alfonso de Córdoba el Bueno a poblar y construir un castillo en su villa de Montemayor,[3][4] y en el privilegio se añadía «que tenía comenzado á poblar en su propia Heredad, por quanto era comarca en que se podía hacer guerra á los moros y muy gran servicio á Dios y á su alteza».[2] El castillo de Montemayor fue construido por deseo de Martín Alfonso debido a que su cercano castillo de Dos Hermanas era inseguro[5] y poco apropiado para la defensa constante contra los musulmanes,[6] por lo que el señor de Montemayor ordenó desmantelar este último y trasladó a su población a Montemayor por ser un lugar «más ventajoso y fuerte».[7] El nuevo castillo fue edificado en los terrenos que ocupó la ciudad romana de Ulia[3] y en un cerro situado a corta distancia de la actual población de Montemayor, y según Nieto Lozano comenzó a construirse pocos meses después de que Alfonso XI expidiera el privilegio mencionado anteriormente. Y como Martín Alfonso de Córdoba fue también conocido como Martín Alfonso de Montemayor, Fernández de Béthencourt señaló que:

…por lo cual él mismo fue conocido, según las costumbres de la época, por Martín Alfonso de Montemayor, con cuyo apellido su numerosa descendencia se distinguió después de todos los otros señores de la Casa de Córdova, llamándose, como se verá, tanto o más que Córdova, con el de Montemayor, o usándolos confundidos frecuentemente, y constituyendo una de las cuatro grandes líneas capitales de esta célebre familia, en realidad la cuarta y menor de todas ellas.

El castillo de Montemayor se construyó utilizando restos de la antigua Ulia, ya que así lo evidencian los numerosos restos de columnas, piedras de molino, etc. que se hallan en sus cimientos y muros. Y la construcción del castillo de Montemayor consolidó «el señorío y la casa nobiliaria» de Montemayor, como indicó Nieto Lozano,[3] y Quintanilla Raso mencionó que después de convertirse en señor de Montemayor, Martín Alfonso de Córdoba estableció «una nueva rama familiar» desgajada de la Casa de Córdoba en la que, entre los años 1327 y 1521 llegaron a sucederse seis señores que llegaron a ocupar «en todo momento un destacado papel en el conjunto de la nobleza cordobesa» y de quienes descienden los condes de Alcaudete.[9]

Martín Alfonso de Córdoba murió en 1349,[10][11] y después de su muerte, su hijo primogénito, Alfonso Fernández de Montemayor, que llegó a ser señor de Alcaudete y adelantado mayor de la frontera de Andalucía, ocupó la jefatura de la Casa de Montemayor.[3]

Otros personajes importantes fueron Alfonso VI Fernández de Montemayor, que colaboró en la etapa final de la conquista de Granada junto a los Reyes Católicos, y Martín IV Alfonso, séptimo señor de Montemayor que colaboró con Carlos I en las guerras contra Francia. A mediados del siglo XVIII. Los datos existentes de la época moderna y contemporánea son escasos y poco relevantes.

✒ Wikipedia.

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